Piscis, el último signo del zodíaco, está frente a Virgo. Como signo de agua mutable, interpreta el mundo a través de las emociones y posee una gran capacidad de adaptación. Es el signo más preparado para el amor, ya que nos invita a ver el todo en lugar de enfocarnos en cada detalle. A pesar de cualquier defecto, Piscis ama incondicionalmente. Está conectado con lo profundo, lo espiritual y lo inconsciente. La espiritualidad para Piscis implica una consciencia y una conexión afectiva con todo lo que nos rodea. Es permeable a todas las energías que lo rodean, lo que lo convierte en un signo que fomenta la empatía y la ayuda desinteresada. La energía de Piscis se caracteriza por estar abierta a lo que suceda.
En su baja vibración por exceso, Piscis se desconecta de la realidad y crea un mundo espiritual donde se siente como un pez en medio del océano, llevado por las corrientes sin afirmar su propia singularidad. Vive inmerso en un mundo imaginario e ideal, donde se melancoliza y sufre constantemente debido a su exagerada permeabilidad emocional.
En su baja vibración por defecto, Piscis puede cerrarse a sus emociones y endurecerse debido a su extrema sensibilidad. Se vuelve menos permeable a las emociones de los demás por miedo a ser vulnerable. En este caso, el inconsciente se manifiesta a través de los sueños, pero Piscis no les da la debida importancia.
En su alta vibración, Piscis incorpora una dosis de su opuesto complementario, Virgo. Utiliza su permeabilidad emocional para cultivar la empatía y la conexión espiritual con su entorno, sin perder de vista la realidad objetiva. Reconoce la importancia de discernir lo que le sirve y lo que no en su vida, así como la necesidad de establecer límites saludables. Confía en el universo y acepta que todo lo que sucede forma parte de la vida misma. Es sumamente abierto, carece de prejuicios y posee una excelente conexión emocional con los demás.
Metáfora del Viaje: Imagina que eres un pez perdido en el océano. Describe detalladamente cómo te sientes en esta situación. ¿Qué estás buscando en este vasto océano? ¿Cuáles son las corrientes que te impulsan o te desafían? Identifica cuáles son tus mayores miedos mientras te encuentras en este viaje imaginario.
Reflexión sobre la Espiritualidad: Define qué significa la espiritualidad para ti y cómo la experimentas en tu vida diaria. Reflexiona sobre tu relación personal con la espiritualidad y cómo influye en tus pensamientos, emociones y acciones.
Escribe sobre momentos específicos en los que te hayas sentido particularmente conectad@ con tu espiritualidad. ¿Qué situaciones o prácticas te ayudan a sentir esta conexión? ¿Cómo puedes incorporar más de estas prácticas en tu vida diaria?
Nivel de Empatía: Analiza cuánto te afecta emocionalmente lo que les sucede a los demás. ¿Sientes una profunda conexión emocional con las experiencias de los demás? ¿Cómo respondes a sus emociones, ya sea alegría, tristeza, o preocupación?
Diálogo con el Inconsciente: Imagina que puedes entablar un diálogo directo con tu inconsciente. ¿Qué preguntas le harías? Reflexiona sobre las respuestas que podrías recibir y cómo podrían influir en tu comprensión de ti mism@ y de tus experiencias emocionales.